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Adoro las bicis. Por estética, por funcionalidad y por placer.

Hace poco que me he lanzado a la experiencia de moverme en bici por Madrid, todo un reto.
Es complicado, pero cada vez es más fácil encontrar compañeros que se atreven a desafiar al tráfico madrileño con sólo dos ruedas y unos pedales.

En Copenhague, las bicis son más que el pan de cada día. Por sus calles se mueven bicis preciosas y bicicleteros estupendos e ideales, a pesar de un clima no demasiado propicio. Para muestra el imprescindible y adictivo Copenhaguen Cycle Chic.

Cuando estuve allí, en un cruce de calles descubrimos este poste urbano, que indicaba cuántas bicis habían pasado por ese punto en ese día y a lo largo del año. Era 20 de agosto de 2010. Habían pasado 2.465.397 bicis desde el 1 de enero. No está mal...

De regalo, os dejo otras fotos de bicicletas danesas. Unas callejeras y descuidadas, otras, lustrosas, dispuestas a encontrar conductor.